Se vistieron para la misa de doce. Se acicalaron y se perfumaron. Pintaron en sus rostros la mejor de las sonrisas y escondieron sus miradas impostoras tras las gafas de sol más oscuras. Amarrados por la cintura, como una pareja más, salieron a la Calle Principal y se unieron a la procesión de feligreses que avanzaba lenta hacia la iglesia. Ya en la plaza, inclinaciones de cabeza, saludos de cortesía y susurros de admiración frente a la puerta del templo: “Míreles; tan ilustres, tan distinguidos… ¡Y aún tan enamorados!”. Nadie reparó, o quizá no quisieron hacerlo, en que, un domingo más, las negras gafas de Andrea permanecían en todo momento puestas, ocultando, tramposas y embusteras, el brillo marchito de sus ojos tristes.
Si, mucha hipocresia, mucho disimulo para encubrir los malos tratos.
ResponderEliminarY cuando más ilustres y distinguidos, más maquillaje.
Eso sí, a misa de 12.
Muy buen microrelato.
Besos
Hay gente que vive de mentiras y apariencias...sólo ellos saben lo que esconden!
ResponderEliminarBesos!
Jolín Susana. Lo leí ayer, me dejaste sin palabras y sigo muda.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya suele pasar, hay parejas que parecen una cosa y luego son otra; pero lo llevan con mucha elegancia.
ResponderEliminarUn abrazo
Yo confío en que cada vez queden menos parejas como Adela y su marido.
ResponderEliminarGracias por venir, chicas.
Un besote
Me ha conmovido mucho este relato y la forma de tratar el tema. Muy bueno, Susana; sutil y desgarrador.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Ay, Mercedes! Qué bien verte por aquí. Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarUn besote
Susana, felicidadessssssssss. Vaya premiazo que te han dado. Chica, ya puedes bailar descalza en el salón; yo pongo la música.
ResponderEliminarEnhorabuena, guapa. No sabes lo mucho que me he alegrado al saberlo. Qué lujazooooooo.
Gracias Mercedes.
ResponderEliminarFíjate si estaré contenta que aquí estoy, con lo tarde que es y lo que tengo que madrugar mañana, pero... ¿quién puede dormir? Jajaja. Ya he bailado, descalza y también con taconazos, pero chica, que no me canso.
Un besazo y ¡hasta el sábado!
Susana, mi enhorabuena por el premio. Soy uno de los que te acompañan en el libro. Un saludo desde El baile de los silenos.
ResponderEliminarHola Antonio.
ResponderEliminarQué bien que compartamos libro.En cuanto tenga un ratito te haré una vista al blog. Gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo