Descendió con lentitud por la escalera, sus pies ocultos por completo bajo el largo vestido, toda envuelta en delicados encajes de color marfil y plata. El velo acariciaba su espalda: se derramaba delicado sobre el suelo, lamiendo cada peldaño. Cuando alcanzó el rellano, él ya la estaba esperando. Ataviado con su mejor traje, levita a juego y la corbata de seda que le regaló ella la pasada primavera, bajo el sauce llorón del jardín de la residencia, al cumplirse un mes de su amor.
Le tendió caballero su brazo; ella se prendió de él y avanzaron juntos, muy despacio, sosteniéndose el uno al otro, pasando por alto las molestias de sus gastados huesos, disfrazando sus andares renqueantes con pasos cortos, decididos, y el brillo de una sonrisa en los ojos. Al entrar en la pequeña capilla, los compañeros dejaron escapar un gran aplauso. Gritos de júbilo, abrazos, felicitaciones, rompieron por completo el supuesto protocolo. El sacerdote aguardó paciente mientras los dos novios, anticipándose al sí quiero, se bebían su soledad en un beso frente al altar en el que estaban a punto de prometerse, (¿quién dijo que ya no sería posible?), amor por siempre; amor eterno.
Hija mía! Qué bien te sientan las vacaciones.
ResponderEliminarDulce y tierno, Susana. Se deshace en la boca como el bizcocho casero. El que se hace a mano, sin batidora eléctrica y con mucho cariño.
Cocinas muy bien los micros, Susana.
Un abrazo
Que tiernas son estas historias de amor de los que por edad, se supone que ya no pueden disfrutar ni sentir, pero el amor no tiene edad.
ResponderEliminarUna boda preciosa, Susana.
Un besito
Es un micro entrañable, Susi. Me he trasladado a un centro geriátrico para asistir a una boda...
ResponderEliminarMe encantan tu ternura y sensibilidad para contar cosas.
Un besito, cielo.
Que bonito Susana.
ResponderEliminarQue bonito sentir el amor a cualquier edad y que bonito relatas siempre.
Un beso de Mar
El verdadero amor no sabe ni de tiempos ni de edades ni de lugar...simplemente nace...cuando él lo dispone, cuando se le da por crecer...
ResponderEliminarmuy tierno.
un abrazo.
¡Hola!
ResponderEliminarGracias a Ardilla, Tere, a mis dos Mares y Neogeminis por venir a verme. Sigo de vacaciones y parece que sólo soy capaz de escribir pequeños micros como este. Me alegra si os ha conmovido, al menos un poquito.
Os mando un beso.
Me gusta seguir tu evolución en los micros, creo que ya te lo he dicho, pero no me canso, cada día escribes mejor, sigue así.
ResponderEliminarUn beso.
Siempre he pensado que el matrimonio es un momento simplemente magico.. y que bonito lo expresas aqui,
ResponderEliminarSaludos!)
Qué bueno leerte Susana, desconocida colega de mi hobby: las letras.Soy Argentina y estando en Madrid me "entreguè" al Desvàn. He desaparecido por tantos motivos!!! Todos valederos,pero hoy, regreso y te leo, y me veo en ese microrelato, porque vivo algo muy parecido,que no sé, ni quiero imaginar, temine con el tañir de campanas de boda.Aunque,,porque no? Lo espero. Un abrazo Mery
ResponderEliminarPrecioso, muy tierno y sentimental. Me gustan mucho tus micros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ha cambiado el mundo tanto, que hace años sus familias les hubieran condenado al ostracismo antes de permitirles encontrar y fundirse en tan grata compañía.
ResponderEliminarBesitos Susana.
Hola, Susi :)
ResponderEliminarMuchas gracias por pasar a felicitar a Mike, eres una compi entrañable. Son estas unas vacaciones tristes, Susi, pero tendremos que hacer lo que podamos...
Un beso enorme y que disfrutes de las tuyas.