viernes, 6 de marzo de 2009

NUNCA QUISE SER MAESTRA


Nunca he tenido paciencia para enseñarle nada a nadie. Creo que la capacidad de enseñar es un regalo maravilloso que viene escondido en los genes y en los míos, desde luego, o no está, o se encuentra tan oculta que ni yo misma sé encontrarla.

Intento ayudar a mi madre a utilizar su portátil y a navegar por internet. Esto es nuevo para ella, y la pobre, me pregunta casi con reparo porque sabe que al final me terminaré enfadando. No es verdad, mami, no me enfado y si lo hago, se me pasa enseguida. Sé que no me lo tiene en cuenta, pero aún así, le mando un beso desde aquí, y espero tener paciencia para enseñarle cómo entrar en este blog.


2 comentarios:

  1. Pero que tu madre quiera usar un portátil y navegar por internet es fantástico. Ojalá la mía le perdiera el miedo. Las conferencias me saldrían muy baratas por messenger. Aunque también decía que ella no quería móvil y lo tiene.

    He empezado por tus cosas; pero ya iré viniendo a ver más cosas que ahora que te reconozco jajajaaa Es que soy muy despistada, no me lo tengas en cuenta.

    Un beso dominguero

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  2. Hola, Susana. Yo procuraría no sentirme culpable por ello. Nos pasa a la mayoría de las personas. El problema es que no nos ponemos en el lugar del otro, y creo que esa es la clave. Sólo hay que pensar en la cantidad de cosas que uno mismo no sabe hacer y lo que nos cuesta aprenderlas. En cualquier caso, como dice, Ardialla Roka, es fantástico que tu madre quiera navegar por internet, ¡no todo el mundo se atreve!

    Un abrazo

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