miércoles, 14 de octubre de 2009

NO HAY FORMA

No hay forma de librarse de ella. Aferrada a mí desde hace meses, martillea mis oídos con palabras agoreras. Si me acerco a un escaparate, la escucho: "No puedes. No debes. No es el momento, ¿recuerdas?", y me obliga a continuar andando, cabizbaja y con cargo de conciencia por plantearme siquiera la idea de un simple capricho. Los viernes cuando voy al súper es ella quién guía mis pasos. Me aleja de mis marcas favoritas, me obligar a mirar a otro lado en el pasillo de los dulces y llena el carro de envases ahorro, enormes, y de productos en oferta. Y los fines de semana, ¿qué? Se vuelve aún más insoportable, cargante, fastidiosa, maldita aguafiestas... "¿Cine?" -dice- "Uufff… con el precio al que están las entradas…". "¿Tomar algo con las amigas? Tú verás, pero con lo que cuesta una copa… Anda, mejor quédate en casa y miras un rato la tele". Sin embargo, lo peor viene en el trabajo. Cada vez que pienso en salir para despejarme un rato, ahí está, siempre ella: "¿Otroooo? Demasiados descansos haces, creo yo; no están las cosas para arriesgarse a perder el empleo, ¿no crees?". Después, se queda de pie, junto al borde de la mesa, sin quitarme ojo de encima y a la hora de marcharme, otra vez la misma cantinela: "¿Ah pero que ya te marchas…? Mujer… mejor quédate un rato más, ¿no? ; sólo un rato, que son la siete solamente y no te vendrá nada mal hacer méritos ante el jefe…".

Y así continúa, incansable, cada segundo del día, tiznando de negro el futuro, destrozando mi optimismo y agotando mi entereza. "¡Maldita seas!" -le grito desesperada cuando nos quedamos solas- "¿Es que no vas a dejarme nunca en paz?". Me mira, sonríe y hasta parece burlarse, la muy perra. Ella, esa condenada crisis de rostro guasón y mirada de eterna advertencia, que desde hace meses llevo colgada del ánimo, de la tarjeta de crédito y de mi paciencia, ya maltrecha.

8 comentarios:

  1. Asi es Susana!
    A mi también me tiene un poco verde y agobiada ya que el curro no anda para nada bien y cada mes nos pagan con mayor retraso y en enero comenzamos 32 y quedamos 12. Adicionando que mi marido esta sin curro y que no tiene paro.
    Yo no solo le grito ¿es que no vas a dejarme en paz nunca? si no que también le digo ¡quieres irte de una p.... vez! y a mi me hace los mismos gestos que a tí. ¡QUE AGOBIO!
    Un besito

    ResponderEliminar
  2. Conozco esa sensación, es como si me hubieras leído el pensamiento. Por suerte (da miedo hasta escribirlo, mucho más decirlo en voz alta), a nosotros hasta ahora no nos afecta, pero ese "y sí...?" está ahí constante, retumbándote en el oído.
    Será que hay que hacerse un poco la sorda.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Por estos rumbos solemos convivir con ella desde siempre. Es casi un dios omnipresente que juega con nosotros para satisfacer sus caprichos pisotenado el derecho a los nuestros.

    Hay que hacerle la vida imposible. Quizás se canse y semarche de una buena vez!


    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. Pues nada: mucho ánimo. Y no dejemos que esta crisis nos amargue la existencia. De todo terminaremos saliendo; seguro.

    Besos y gracias por venir a leerme.

    ResponderEliminar
  5. Ay hija mía, mejor que no te cuente jajaja

    Me río; pero es para llorar.

    Yo si. A veces (muy pocas) hago oídos sordos y me doy el capricho. Puedo justificarlo con que no he ido de vacaciones más que a casa de mis padres en los últimos veinte años, no recuerdo cuándo fui al cine por última vez, siempre compro marcas blancas y a la peluquería voy cuando mis pelos piden limosna.

    El otro día sucumbí y me compré un bolso. Para llevar el monedero me podría servir una bolsa del súper porque total, aparte de ir al colegio y a los médicos no voy a ninguna parte; pero oye, otras veces me lavo el pelo con Mistol porque no tengo champú. A la crisis procuro ignorarla porque menudo martirio. A ver si se va donde no se acuerde de volver, que ya va haciendo falta.

    Besos

    ResponderEliminar
  6. ¡Y todos estamos igual!, todo el dia mirando, mirando y remirando, y eso que no me puedo quejar porque aunque yo ya no tenga trabajo mi marido sí, pero es que esto de la crisis nos tiene un poco locos a todos, en las noticias dicen que los precios han bajado en alimentación y ropa pero mi carro de la compra no lo ha notado, encima el transporte sube, los libros escolares son casi prohibitivos, cine, copas y demás extras ya son historia y mil cosas más, pero bueno todavía podemos disfrutar de un paseo junto al mar o por el campo así que aprovechémoslo mientras podamos.
    Un beso de Mar

    ResponderEliminar
  7. Nooo puedes??? Basta ya de agoreras que te machacan la vida, que vayan a lo suyo que una copita no hace daño, ni un caprichito, luego lo ahorras en klinex.
    Date un garbeo como dice Mar, respira hondo, Susana, y "pelillos a la mar", esto pasará, que ya nos machacan a todas horas !vale!
    A algunos que de verdad lo pasan muuuy mal, sólo les faltaróa oír esa voz.
    Bsitos animosos, desde el Quinto pino endorranil, que acá tambien hay cri...

    ResponderEliminar
  8. Ardilla: me ha heco mucha gracias lo de "cuando mis pelos piden limosna". Jajaja. ¡Yo voy a la peluquería, como mucho una vez al año! ¡Que no hay que abusar! Gracias por venir, guapa.

    Mar: yo cobro lo mismo desde hace... ni me acuerdo, pero cada vez me da para menos. Conclusión: los precios no pueden haber bajado. Es imposible!!! No cuadran las cuentas. Pero bueno, tienes razón: hau muchas cosas de las que podemos disfrutar si gastar un céntimo. ¡Menos mal! Un besote.

    Natàlia. Gracias, gracias, gracias por tus ánimos. Es cierto que hay que depejarse de todos esto de la "cri.." y permitirse un caprichillo de vez en cuando. ¡Aunque sea sólo para darle en las narices a la muy puñetera! Muchos besos.

    ResponderEliminar