Amanece la lluvia de otoño, suave, discreta, temerosa de ofender al sol que la observa, apenas visible, entre nubes grises y revueltas.
Y amaneces tú, entre mis piernas, tú y tu respiración plácida, tu dulce piel templada, tu aliento suave sobre mi vientre...
Amanece. Y es lo único que importa. El amanecer y tú.
Bello texto, rayando la poesía. A la larga es lo que importa, ver salir el sol y sentirse amado.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado tu forma de escribir, tu estilo, y tanto en éste como en los textos anteriores has dejado ese sello tan personal.
Feliz festivo.
Las cosas que realmente importan... lo comparto ;)
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